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Todos estos poemas están incluidos en la antología poética «De la voz y del silencio»
A continuación, una muestra de la poesía de Humberto:
CERÁMICA EN LA NIEBLA
1959-1966
He aprendido otros lenguajes
el trasfondo de la arcilla
otra cenestesia en la movilidad de los cielos.
He aprendido de nuevo a desaprenderme
a aprehenderme en la superficie
y en la aérea embriaguez
del rapto de ternura de los amantes.
He aprendido a memorizar
el enigma cuya boca sin dientes
muestra el injusto empate
entre vida y desamor.
UN GALLINAZO CANTOR BAJO UN SOL DE A PERRO
1969-1970
Sagrada familia, etcétera.
(Fragmento)
La canción se embicicleta en la ventana
irrumpe
pasa
se introduce en la médula con voz de humanidad
para ofrendarse a quien escucha las estrellas sonoras
el aire interior es su destino
y por la embriaguez recobrada
vuélvese hidra melífera en poleas hacia la emisora
ahora que el corazón se ha embriagado con los versos
más tristes esta noche
y un segundo antes ha tañido aquel quebranto
con entrastes que dicen sin decirlo
y la frescura de la carne vuela en helicópteros pequeñitos
sobre la almohada y penetra en el cerebro con espuma
palmolive
y glostora juventud perniabierta lagartija
en el reversible instante en que la idea de mujer
sideral arcilla
ciñe su cintura alrededor de la sospecha
de la íntima balanza
el amor es generoso en ofrecer su lumbre
los devaneos descienden hacia el orden
de la lucidez de los sentidos abiertos
y cuelgan cintas de los cabellos de la amada
que tienen el olor penetrante de la época
y la fecha en la que la conociste fue cable de alta tensión
aquella tarde de las palabras importantes
y al verla tan gasolinera shell con trenzas
comprobaste en sus senos el toque de una doble profecía
y su boca marcaba el tañido nupcial de las campanas
vocalizando el lenguaje con el que sus células
revelaban a las tuyas la minimétrica autenticidad de la vida
la certeza de tener el mundo entre las neuronas con horizonte
–no de cualquier color o matiz sino de horizonte–
y la ilusión de saborear la perfección del movimiento
de tu amorosa libélula en vuelo hacia la incandescencia de ti
barroco amante –así Ella te ha nombrado–
con sublimación post cópula
la energía del amor se transforma
si algo va a moldearse o proviene de la forma
de un beso que se funde en una serpentina
con destellos de relámpago
y clave de lectura en el alfabeto de los cuerpos.
FLOR CENTRÍFUGA
1971-1974
Si algo tienes que decir
nunca olvides a los poetas antiguos
que sin proponérselo hablaron de nuestro tiempo
y apasionados intuyeron acerca del suyo
cantaron para el tiempo unánime
para el presente de aquello invariable
en lo que siempre cambia
en los planos superpuestos de los cuerpos
y en el laberinto sin delante de la rutina
y sin atrás
si algo tienes qué decir
dilo ahora donde la luz parece
el saldo posible entre lo otro y tu ser
y el justo medio donde miras acuciosamente
los granos de arena y los astros
y escuchas el eco del silencio
de la armoniosa desnudez
con que el mar crea la playa
desde el origen del agua y de los tiempos.
SOLILOQUIOS Y MONO(DIÁ)LOGOS
1979-1983
Tengo miedo de que mi estrella
se mueva en dirección contraria
al sitio donde me quedé estático sin rumbo
y ella buscándome alumbre
como un faro alocado
o ya no alumbre
de mi ausencia tengo miedo
y de mi estrella que para otro brille
en el cielo ajeno
o desde el suelo.
Para Francisco y Lía
POETA TU PALABRA
1971-1974
Con mis ojos engrandecidos por la tempestad
a un tris de llover sobre lo llorado
y relampaguear sobre la palabra que se reconcilia
con las formas
digo que la trascendencia es un don
sin la coartada de las magnitudes
sin la nostalgia por la polisemia
bajo la capucha pasás lista a tu arsenal
de evocaciones vertebradas a tu sombra
y al resorte que indaga los modos
de alterar su normal descentramiento
y toda tu vida aparece como un film
y tenés la sensación de que de nuevo vas a vivirla
en reversa del destino cinético
y en otra dimensión y en otros trasiegos a la vez
el fraseo de las edades y sus gestos
afloran entre lamido y mordedura
succión y deglución
apego y distancia
chasquido y silencio
movimiento y pausa de las líneas vitales
que se fundan en las coordenadas de los cielos
y lo que te preguntan entra en tus uñas con agujas
y exactitud obsesiva hasta la trama del vértigo
y vuelven a preguntar
ahí donde se acumulan los diseños de la libido
o la ternura
y colgándote de los pulgares te descargan
la pesadumbre de todas las muertes
en el pezón izquierdo
hacia adentro bien adentro de las ideas sin palabras
y simultáneamente en las dos corolas del dolor
al ritmo de la masturbación frenética de los guardias
y luego te interrogan acerca de la armonía
y de las ambiguas convergencias del sueño
que te esperan en el ton sin son de tu pulso
con cigarrillos prendidos te queman la otra piel
y la insondable
y bajo vigilia forzada violándote te preguntan
cuál es la fosforescencia de la semántica
el intervalo autónomo de la vida
que se amolda a los resquicios del gusto
en el trazo de la justa proporción
-repito- el bamboleo en el trazo de la justa proporción
de la suma de la suma en cada susto
las huellas que coinciden con el ciclo
de las inseguridades expansivas
y lo que no respondés se convierte
en sombra de antimateria sobre tu escafandra
y el alma o lo que sea se vuelve toda hipnosis
interior
¿se puede decir hipnosis interior?
:vida que se desliza entre tus venas rotas
y ese muro con grietas o grietas con asiduas evanescencias
y los goznes de la puerta chirriando su asedio
bajo la capucha retornás de un viaje
largamente repetido
y respirás en la infra atmósfera saturada de sangre
y no sabés si sos prolongación del reflejo
de algo que renueva lo que permanece
o protuberancia
de tus propias aberturas hinchazones quebraduras
querés recordar
y lo intermitente es un goteo
sin resonancia en la base del cráneo
tratás de reordenar con una queja los órganos
y la añoranza de aire que al fin
se filtrará desde el fondo del cielo
y de los retazos de la euforia musical de la lluvia
y de los pliegues de la verosimilitud
y de la concentración en la retentiva del cuerpo
y de los escalones de la desconfianza
y del embudo de retintín entre un testigo narrador
y la otredad absorta en las maneras de ser conciencia
para la inconciencia
y tus bisagras íntimas tus cuerdas tus pantallas
no responden
ni tu nariz atenazada por la gruesa oscuridad
el resto de la historia pertenece a los damnificados
por la suerte
y al recato como secuela de lenguaje
mi memoria fulgura
cuando remojo los restos del sentido
entre el azar que se concentra
y la eventualidad que todo desperdiga
existo al recordar el tránsito de mi cuerpo
que no es solo la idea de un momento en movimiento
sino un ritmo abierto hacia sus despliegues
que más tarde finará por eclipse
o renuncia a los resguardos del amor
pero esa es otra fábula:
yo no sufro de jactancia
me asumo en la buena o mala ambigüedad
del doble sentido
aquí me tenés
desde hace ya muchas mareas
contando y volviendo a contar la historia
del mensaje dentro de una metáfora gélida
lanzada por un náufrago
que yo misma soy
sé que este temporal de desnudez y vigilancia
pasará
que todo acabará en imagen letra o sordina
en imprescindibles espectros del insomnio
y en mito del coraje
y de las causas vividas como sueños
y de los sueños como despertares
y de los sueños como sueños
estos años pasarán como una noticia
que al leerla no la creerá
ni siquiera el fantasma autor de mis autobiografías
y en cada silencio pensaré que todo
es solo empezar no a ver para creer
sino a creer para ver
sin embargo si alguna vez acaso alguien me dijera
amo la puntuación respiratoria de tu cuerpo
-su íntimo batuque-
ese ala y a la vez ancla
asida a la permanencia o la fuga
ese tan amparo como augurio de tus senos
deberá tener presente que todavía hago trenzas
con los versos de mis poetas amados
y que yo habiendo sufrido con este mismo cuerpo
la tortura
no resistiría a la tentación de una acrobacia nupcial
no resistiría a las dulzuras del amor
tú sí me creés ¿verdad?
quién más puede creerme.
Para Doris María Tijerino
MÁS ACÁ DE LOS SIGNOS ZODIACALES
«Esta parte del mundo me rodea y siento
que me han salvado mis errores».
Los gatos, Francisco Urondo.
Somos los únicos olmos que dan peras
decíamos una mañana del tercer mundo
en que no previmos las hendiduras ideológicas
esa especie de pelusa cósmica por encima de las causas
y por debajo de la función variable del efecto
del orín que al fecundar la transparencia devoró el oxígeno
esta irrecuperable fuga de energía
qué síndrome de longevidad se coyunta digo
acariciando la pulpa intacta de mis compañones
vives al día trasvasas el tiempo a las palabras
a los gestos a la velocidad luminosa con que escribes
en dirección contraria al movimiento en cuya inercia
lo escrito ya ha dejado de vivirte y sabes héroe infalible
que de todos modos morirás la víspera
estoy triste andino equinoccialmente triste
no cabe en mi fardo en mi paciencia vacante de chamán
tanta harina monótona para el verso ácimo
tanto ensimismamiento de vasos comunicantes
tanto Vallejo dispuesto y prelúdico
tanto alambique triste
beso en mi bufanda las tristécimas de la unidad
que somos
tú y yo pareja más impostergable que póstuma
puedo gritar aullar como Ginsberg al eco
en el silencio del silencio (la luna se dilata bajísima
como propaganda de preservativos contra el SIDA)
puedo ahora lo sé ahora puedo como Pound escribir
en las paredes: lo que bien amas permanece
pero haber hecho en vez de no haber hecho
eso no es vanidad
soy un actor sensible a las autocríticas
–laxante rasgo incorporado a mi cultura
de nieves perpetuas páramos y marismas– reasumo
la libido y sus lindes elásticas en cuarta dimensión
la vida desde lo más simple
hasta lo compuesto–descompuesto
todos los reflejos condicionados o no
con señuelos siniestros los complejos (todos)
especialmente el de superioridad tan venido a menos:
incomparable
con suspicacia hallo símiles en los laberintos siderales
en el tiempo de los tiempos recién inventado
por el primer segundo de los amantes en el infinito
visto a través del milímetro recuperado de humanidad
es la desgarradura nuestro verídico strip–tease
tal vez el camino haya sido Marx y Cristo el atajo
o Marx penda de la cruz y Cristo de la geometría
magnética entre el frenesí y la quimera
o el camino sea el atajo:
¿con otros y Marx
y más otros Cristos
y las mismas cruces se construirá la rueda?
quedará pendiente dar cuenta de cuál es
la forma que encarna la fisiología del saber
de los saberes
-me faltan por vivir algunos desasosiegos todavía
pero yo poseo el imán para atraerlos-
pendiente decía los silencios y las peroratas
acerca del territorio del objeto refiriéndose o no
al sujeto en la trama de la historia
por lo demás ya lo intuía
quién no tiene su década de los sesenta
que asoma en su identidad ceñida
a la ficción o a la anécdota
por no decir lustros elásticos
años de soler amanecer
instantes remordidos entre paralelos y meridianos
su aura de hombrenuevo implícita
en el instinto como vacuna
su aventura en serio portátil su Gagarin
su tonada mundial en un poema para el íntimo baile
quién no escarba en su mochila llena de bitácoras
lámparas añicos lascas hojas de coca en la escarcela
partituras de los más bellos cantos de sirenas
reencarnaciones –a medio re– clones místicos
fotografías de ovnis de Dulcineas con cabelleras al viento
de cuando la calvicie era todavía un arcano síntoma
y brújulas arrojadas al insomnio
burlando el asedio de la duda que hacía lo suyo
atadas al vuelo de dos murciélagos
está agotado el script
quizás algún motel esté abierto
para lúdicos terrícolas vulnerables amantes
mas tú no estás conmigo
nadie a esta hora camina en la ciudad.
ALIAS LUMBRE DE ACERTIJO
(Mono-diálogo de atestiguar y testar).
¿Cuándo se juzga que el hombre ha llegado
al momento de poner en ejercicio su razón?
Eugenio Espejo.
Me río de haber amoldado mis nalgas al asiento
junto al candil toda la vida escribiendo y leyendo libros
de saber con cuántos silencios enfrutece la palabra
cuál el volumen el adarme la digresión tersa
dentro de un paréntesis de mi sujeto estratégico
sus camuflados pronombres nones
y el segmento de sombra
en su plural para no despertar sospechas
se diría que es mucho lo que río a vista ajena
pero muy más es lo que a solas río
ante esta mesa sostenida por tiempos desiguales
¿soy ladino? bien
me asumo ajado mofado humillado malherido
por la cabriola ordenadora de todo lo esquilmable
succionable dominable explotable rapiñable
riéndome aprendí
a desaprender los paradigmas aprendidos
soy el personaje y la persona
el uno es la otra siendo distintos simultáneos
y no se sabe dónde empiezan sus diferenciados indicios
ni dónde se esconde el escorzo de disimulo de ambos
si el personaje–yo es pupila con arraigo
la persona es monólogo enfermo de vasallaje
y de política insuficiencia
si el personaje posee dosis de conspiración para perdurar
la persona se llama trizaduras añicos
vibración despojada de su hojaldre azogado y doloroso
si el personaje rubrica con pulsiones de mi puño y letra
ante el cotilleo de pelucas inquisitorias
es hacedor de símbolos la persona
que odia todas las formas de odio
implicando ésta del asaz pugnaz
la del agredido ingiriendo
la del indignado incluyendo
lo que no se transformó en demonio
pertenece al umbral de incertidumbre
ni más ni menos.
QUINCALLAS
Ella tiene la gracia
y la destreza acumuladas por los años
el punto exacto de coherencia del íntimo equilibrio
y la suma de dobleces y lisuras
pero a sí misma se dice: siempre soy el fruto anticipado
de las vendimias a ciegas
Él
insólito como nunca o como siempre
posee apenas el perfume de los años y la eficacia
de la concentración en sus músculos concéntricos
y en contravía de su propia magia
dice que está en juego el maquillaje efímero del juego
en las cosechas a ciegas
él ha creado la cabriola de encapuchada seducción
que danza bajo el ritmo
de la partitura sentimental de ella
y como se ha dicho:
a ciegas.