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MÁS ACÁ DE LOS SIGNOS ZODIACALES
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«Esta parte del mundo me rodea y siento
que me han salvado mis errores».
Los gatos, Francisco Urondo.
Somos los únicos olmos que dan peras
decíamos una mañana del tercer mundo
en que no previmos las hendiduras ideológicas
esa especie de pelusa cósmica por encima de las causas
y por debajo de la función variable del efecto
del orín que al fecundar la transparencia devoró el oxígeno
esta irrecuperable fuga de energía
qué síndrome de longevidad se coyunta digo
acariciando la pulpa intacta de mis compañones
vives al día trasvasas el tiempo a las palabras
a los gestos a la velocidad luminosa con que escribes
en dirección contraria al movimiento en cuya inercia
lo escrito ya ha dejado de vivirte y sabes héroe infalible
que de todos modos morirás la víspera
estoy triste andino equinoccialmente triste
no cabe en mi fardo en mi paciencia vacante de chamán
tanta harina monótona para el verso ácimo
tanto ensimismamiento de vasos comunicantes
tanto Vallejo dispuesto y prelúdico
tanto alambique triste
beso en mi bufanda las tristécimas de la unidad
que somos
tú y yo pareja más impostergable que póstuma
puedo gritar aullar como Ginsberg al eco
en el silencio del silencio (la luna se dilata bajísima
como propaganda de preservativos contra el SIDA)
puedo ahora lo sé ahora puedo como Pound escribir
en las paredes: lo que bien amas permanece
pero haber hecho en vez de no haber hecho
eso no es vanidad
soy un actor sensible a las autocríticas
–laxante rasgo incorporado a mi cultura
de nieves perpetuas páramos y marismas– reasumo
la libido y sus lindes elásticas en cuarta dimensión
la vida desde lo más simple
hasta lo compuesto–descompuesto
todos los reflejos condicionados o no
con señuelos siniestros los complejos (todos)
especialmente el de superioridad tan venido a menos:
incomparable
con suspicacia hallo símiles en los laberintos siderales
en el tiempo de los tiempos recién inventado
por el primer segundo de los amantes en el infinito
visto a través del milímetro recuperado de humanidad
es la desgarradura nuestro verídico strip–tease
tal vez el camino haya sido Marx y Cristo el atajo
o Marx penda de la cruz y Cristo de la geometría
magnética entre el frenesí y la quimera
o el camino sea el atajo:
¿con otros y Marx
y más otros Cristos
y las mismas cruces se construirá la rueda?
quedará pendiente dar cuenta de cuál es
la forma que encarna la fisiología del saber
de los saberes
-me faltan por vivir algunos desasosiegos todavía
pero yo poseo el imán para atraerlos-
pendiente decía los silencios y las peroratas
acerca del territorio del objeto refiriéndose o no
al sujeto en la trama de la historia
por lo demás ya lo intuía
quién no tiene su década de los sesenta
que asoma en su identidad ceñida
a la ficción o a la anécdota
por no decir lustros elásticos
años de soler amanecer
instantes remordidos entre paralelos y meridianos
su aura de hombrenuevo implícita
en el instinto como vacuna
su aventura en serio portátil su Gagarin
su tonada mundial en un poema para el íntimo baile
quién no escarba en su mochila llena de bitácoras
lámparas añicos lascas hojas de coca en la escarcela
partituras de los más bellos cantos de sirenas
reencarnaciones –a medio re– clones místicos
fotografías de ovnis de Dulcineas con cabelleras al viento
de cuando la calvicie era todavía un arcano síntoma
y brújulas arrojadas al insomnio
burlando el asedio de la duda que hacía lo suyo
atadas al vuelo de dos murciélagos
está agotado el script
quizás algún motel esté abierto
para lúdicos terrícolas vulnerables amantes
mas tú no estás conmigo
nadie a esta hora camina en la ciudad.